Me han preguntado el por qué , evito todo tipo de cursilería,
por qué intento no creer en el amor, por qué soy cómo soy. Nadie se ha dado
cuenta de la persona que tienen en frente? No se han dado cuenta de que soy una
persona diferente a ustedes, quizá puedo demostrar cada día que soy la persona
más feliz de todas, quizás ando animosa y
subiendo el ánimo de cada uno de mis amigos (que la verdad son pocos).
Jamás se han dado cuenta de que soy un monstruo al lado de cada uno de ustedes,
que quizá la única mierda bonita que tengo físicamente son mis ojos (creo que
esa es la puta razón por la cual los odio).
La cursilería no va de la mano conmigo, ya que, cada vez que
he intentado ser feliz, darle una oportunidad a eso llamado “amor” algo sucede,
quizá soy una mina ingenua, quizá cuando intento confiar en una persona no es
la indicada. Pero me han dicho tantas veces que si uno no se da la oportunidad de
darle al resto la oportunidad demostrar que son personas diferentes, jamás
sabremos de qué va todo eso del cariño mutuo. Me equivoqué nuevamente, confié
en alguien que no debería, confié en alguien que yo a simple vista encontraba
diferente.
Pero seamos personas sinceras, quién se fijaría en alguien
como yo?. Las personas jamás verán los sentimientos, JAMÁS le dan la oportunidad aquello, porque somos
personas superficiales, siempre nos fijamos en los defectos físicos de las
personas, yo soy una de esas personas, lo admito. Pero todo el mundo lo es,
todo el mundo va por la vida apuntando al resto y diciendo “oh, miren esa
guatona, miren a esa persona enferma, pero qué persona más fea, mira sus
dientes, mira su cuerpo, mira su rostro, cómo salde a la calle así”.
Somos personas demasiado egoístas, demasiado superficiales, pensamos
en cómo se viste, en qué si tienen bastante dinero o no y eso es lo peor.
Andamos por la vida discriminando, quizá no es mi caso, quizá no es caso de
otros, pero la mayoría de las personas son así, la mayoría de las personas son
materialistas.
Volviendo al caso de la cursilería, me ha tocado vivir con
sufrimiento, con odio hacia el resto, vivir
rodeada de gente que te observa, que habla de ti a las espaldas y es así
como una se va poniendo escudos; vas por la vida intentando ser fuerte y vas
intentando no sufrir por cómo te observan; por cómo te ven con asco; por cómo
te discriminan. Yo he aprendido, quizás, a vivir con ello, quizá no, por algo
estoy escribiendo esto.
Sé que se llega a un momento en que pones inseguro, en que
no sabes cómo van a reaccionar al conocerte, en cómo vas a ser tratado en
frente del resto, pero cuando ves que eres tratado diferente, eres tratado con
cariño, ves que hay personas que pueden ser (en parte) diferentes, te dices a
ti mismo “que es momento de dar una
oportunidad”. Y cuando la das por completo, tú sueño de arcoíris se desvaneces,
desaparece. Junto con todo el resto de tus ilusiones y vas con la duda
nuevamente, te vas preguntando “qué fue lo que has hecho mal”.
Le das espacio,
quizás es eso lo que necesita; quizás es que no lo ahogues; quizás tú
mal humor. Pero luego analizas y ves que sigues siendo tú el problema. Nadie
más que uno mismo es el problema.
Vas por la vida intentando ser fuerte nuevamente, te
preguntas por qué tuviste que confiar el alguien no hace nada para que TÚ seas
importante en su vida y te vuelves a poner en duda tú existencia. Comienzas a
pensar en cómo sería la vida si tú no estuvieras; en cómo solucionas los
problemas hasta de tú familia; en cómo por un instante deseas mejor no haber existido
y no haber estado en la vida de esas personas.
Te sientes un estorbo ocupando oxigeno que puede ser
utilizado por personas que si valen la pena tener una vida feliz. Y luego
recuerdas que eres demasiado cobarde para desaparecer, para acabar con tú vida.
Y los gastos, oh! Los gastos de lo que implica morirse, y no quieres darle más
deudas a tus padres. Darle más problemas de los que ves día a día que tienen.
Se te pasa por la mente volver a esa “rutina”, volver a
dañarte para sentir ese dolor físico, en vez de sentir ese dolor psicológico. Pero
promesas son promesas, a pesar de que no sirve de nada hacer promesas que
sientes que de alguna manera quieres romper. Ese momento en donde era una
simple roca sin sentimientos y sin dolor, donde el dolor físico era sólo
aquello, físico. Con el tiempo se va disminuyendo el dolor psicológico o es que
uno lo bloquea. Pero sientes ese vacío, sabes que lo sientes, sabes que
necesitas llorar, pero te haces la fuerte, te haces la que nada importa y te
vas volviendo oscura, te vas amargando, vas odiando al resto y dañas a las
personas que te “estiman” sin darte cuenta, pero sabes que no importa, con tal
de que tú estés bien.
El resto te va dando exactamente lo mismo y sin darte cuenta
te vas dañando y vas muriendo lentamente. Por ahí leí que con el tiempo y con los retos de tú vida, te
das cuenta de que lo que piensa la gente no te interesa, o que al menos
comienzas a fingir no te interesa y haces creer a la gente que eres
auto suficientes. Lo cierto es que si te interesa.
También te vas dando cuenta que aprendes a vivir con tú
sufrimiento y te aferras a ello, demuestras una sonrisa para que las personas
no se den cuenta y crean que todo es una simple broma o un momento de tú vida
triste, lo cierto es que no es así, lo cierto es que se te pasa por la mente, lo piensas en cada momento, a pesar de
tener alegrías. La tristeza que uno lleva con uno es mucho más grande de lo que
se espera.
Cuando aprendí a vivir con mi tristeza, mi dolor, supe
entender a todas esas personas que desean ser perfectas y van en busca de
aquello, porque hasta a mí me ha sucedido que la he buscado, para qué, para
estar bien con uno misma, para demostrar al resto que uno puede llegar a ser
perfecta, a ser lo que ellos quieren en una persona.
el estar aferrada al cariño de las personas, te hacen ser débil
y te pasan a llevar como ellos quieren, te hacen llorar y te hacen sufrir más.
Luego son las personas más inocentes de la vida.
Nunca sintieron que no tenían ganas de nada? Ni de
levantarse, comer, saludar a tú familia, hacer cosas que les den placer. Bueno
hay un momento de mi vida que me siento así, no querer nada. Sólo desaparecer,
sin saber de nada ni nadie.
Siempre se pierde lo que uno quiere de corazón, siempre habrá
un hueco y dolor en uno, cuando las personas son dañadas constantemente.
Siempre nos importará lo que el resto piense de uno, a pesar
de que digamos que no.
Siempre habrá alguien que te enamora y te destroza.
Como siempre habrá un poco de esperanza en cada palabra, en
cada llanto y en cada dolor...
No hay comentarios:
Publicar un comentario